jueves, 20 de marzo de 2008

El árbol del Sol


Linda Plaisted

Recuerdo cuando veníamos bajando por una calle de la Reina rumbo a nuestra nueva casa en Huechuraba. Más arriba el sol calentaba como en los nuevos años, estos años de dos grados más a la sombra, estos años de disminución de capa de ozono y las miles de profecías que se van sumando y hacen que uno finalmente agradezca estar vivo o se tire de las mechas pensando "¡por qué me tocó a mí vivir justo en el cambio climático!", de esas reflexiones un poco inservibles, infructuosas, que nos da por repetir cuando el calor comienza a deshacernos la piel y el cerebro y finalmente uno se conforma al creer que al menos va derritiendo los excesos de buena mesa, epicúreo y sibarita resbalándose líquido salobre desde la nuca hasta el escote. Yo pensaba cómo se hace para que los barrios nuevos no repitan el calor de población de la infancia, esa que llegaba repleta de chiquillos cayendo desde el palo ensebado, esa que aparecía después del polvo que levantábamos mientras desaparecíamos jugando a las escondidas en el pasaje nueve. Esa que arrinconaba en la Sede (que quedaba junto a la línea y los locales) un sinnúmero de muñecas pestañeras y autitos de plásticos que la junta de vecinos había comprado para la navidad de ese nuevo año de vecinos nuevos y calles desforestadas, fachadas de ladrillo y jardines invisibles bajo los escombros. Yo me preguntaba, bajando por Príncipe de Gales, cómo se las arreglaban algunos para disimular la pobreza, cómo se disfrazaba el cansancio y la dolorosa adaptación, cómo brotaba de las cunetas la sombra, el frescor de la tarde, la alegría de las hojas al sacudirlas el viento, cómo algunos veían pasar los rayos amarillos entre las ramas y sabían que el cielo quedaba por sobre sus cabezas y tenían tiempo para divagar y reconstituirse. Quizás nunca sabré si la dificultad para disfrutar de las tres cuadras a 40 grados bajo la sombra y cincuenta bajo el sol es una falta de talento natural o si en cada paso vuelvo a los pastelones quebrados y las tablas sobre los charcos en invierno. Y esta paradoja es soberbia, no quisiera que mis cuarenta y cuatro me sorprendieran con los pies embarrados y ese olor húmedo de las micros apretadas, pero cuando traigo a la memoria aquella que pasaba por la esquina de la Manzo de Velasco y doblaba hacia el centro rescatándonos de la pateadura y la sombra de la casa entera, sólo me crepita el corazón de risa y vuelvo a la hora del colegio con el borde del pantalón embarrado e intentando no caer de nuevo sobre las tablas que hacían de puente entre la casa y la micro "Isabel Riquelme", vuelvo con la guatita compungida y ese olorcito a campana de la escuela y rayitos de bicicleta apretándome los tobillos y miro hacia arriba, hacia el cielo antiguo de Rancagua y ¡ahí estaba el secreto!, decenas de árboles llevándome consigo, centenas de hojas saludándome al paso, eran ellas la alegría de la pobreza o la media pobreza que hoy se llama "clase media", pero eran ellas, las verdes y tiritonas hermoseándome la vida y cuando me sacudí las péstañas del ensueño y levanté la vista en Príncipe de Gales, ahí estaban de nuevo, salpicando el asfalto de sombra, dibujando árboles sobre los camiones y las cunetas. No sé si esta teoría paisajista tendré la valentía de corroborarla en Cerro Navia o Recoleta Norte, pero estoy segura que si plantaramos un árbol más en las aceras bajaría la sombra desde el cielo y el camino a patita desde la casa a la micro volvería a ser más hechicero, más amable y de seguro la pobreza media se iría barriendo del camino a cada vuelta de otoño y la sombra taparía el sol que me acongoja. Pero no sé si ella cubriría el recuerdo de la infancia pateada o traería devuelta el crepitar del corazón de risa y a mi madre esperando junto a la puerta. No sé, creo que haré el ensayo y veré quien llega finalmente a sentarse bajo la sombra del árbol. Puedo ser yo o... puedo se yo.

Ahora, Vipsi, te muestro la alternativa de sombra que encontré en internet, cómo sabes si todos los niños volvemos colgados de las ramas y los hermanos nuestros vienen a salvarnos. Tú me cuentas.

Lagerstroemia índica



Árbol de Júpiter, Júpiter, Lila de las Indias, Lila del Sur, Espumillas, Crespón.


- Nombre científico o latino: Lagerstroemia indica L.
- Nombre común o vulgar: Árbol de Júpiter, Júpiter, Lila de las Indias, Lila del Sur, Espumillas, Crespón.
- Familia: Lythraceae.
- Origen: China. Planta introducida en Europa poco después de la mitad del siglo XVIII.
- Árbol o arbusto caducifolio.



- Altura habitual de 2 a 8 m, llegando incluso hasta los 15 m aunque tarda muchos años en tener esta presencia tan significativa.
- Tronco con corteza lisa color café muy típica que ayuda a identificar a un Árbol de Júpiter de otros árboles. Tronco muy decorativo.
- Tiene el tronco retorcido y la copa redondeada.
- Los tallos nuevos son de sección cuadrangular.



- Hojas: caducas, opuestas, las superiores alternas, de 2.5 a 7 cm de largo, redondeadas en la base, color verde oscuro grisáceo.



- Floración: verano a principios de otoño de color rosa.
- Inflorescencias paniculiformes, terminales. Flores hermafroditas, actinomorfas, hexámeras.

- Cáliz campanulado, sépalos soldados. Corola con 6 pétalos unguiculados, limbo rizado y fimbriado.
- Colores de flor: rosa, malva, blanco.
- Flores: de distintas tonalidades de rosa. Aparecen en inflorescencias densas, tipo panículas.
- Frutos: cápsula de color café de 0,8-1,2 cm de longitud.
- Se citan algunos cultivares: 'Nivea', flores de color blanco, 'Red Imperator', flores rojas, existiendo también de flores lila y lavanda.
- Dentro de las variedades enanas citamos a 'Lavender Dwarf', de color lavanda, ´Pink Ruffles', rosado, 'Victor, rojo intenso y 'White Dwarf', de flores blancas.
- Valor ornamental: atractivo durante prácticamente todo el año, por su brotación primaveral cobriza, espectacular floración estival, otoñaje sobresaliente, y destaque de su corteza, sobre todo durante el reposo invernal.
- Es un notable arbusto o pequeño árbol ornamental, habitual en jardines y parques, utilizado además en calles y avenidas. Ideal para jardines pequeños.
- Usos y aplicaciones: Como árbol ornamental aislado o en grupos por su bella floracion veraniega.
- Se aconseja tenerlo como ejemplar único en el jardín o en grandes macetas, siempre a pleno sol.
- Admite el cultivo en maceteros de modo que puede estar en terrazas espaciosas.
- Amante del calor.
- Pueden incluso soportar las bajas temperaturas siempre que no sean prolongadas.
- En una localización protegida de las heladas puede soportar heladas fuertes.
- Prevea soluciones adecuadas para los inviernos más rigurosos. Abrigue la raíz y cuello de la planta bajo un manto de paja o de hojas muertas protegidas por un plástico hasta la llegada de la primavera.
- Necesita pleno sol. En las zonas donde el sol no sea suficiente, la floración será escasa o inexistente. Evite colocarla en emplazamientos umbríos.
- No tolera bien los suelos alcalinos, que pueden provocar amarillamiento de las hojas
(clorosis férrica).



- Bien drenado, de naturaleza fértil y ligeramente húmedo.
- Debe mantener el suelo fresco pero evitando encharcamientos.
- El crecimiento se estimula con fertilizantes nitrogenados, como la urea, aplicados al terreno durante su etapa juvenil: 10 gr. por planta seguido de un riego abundante.
- Durante los meses de verano, conviene suministrale un abono mineral líquido disuelto en el agua de riego si está en maceta.
- Resiste bien las podas.
- Con la poda puede controlarse su tamaño, dejándolo crecer como arbusto o como árbol pequeño. En este último caso los racimos florales serán igual de abundantes aunque de menor tamaño.
- Es imprescindible podar la planta hacia finales de invierno. Conviene acortar las ramas del año y quitar las más débiles, puesto que no producen vástagos floridos.
- Poda de formación y anual, rebajando fuertemente las ramas para que produzcan los reemplazos portadores de flores en los extremos. Podar acortando las ramas jóvenes en una tercera parte.
- Debe tenerse en cuenta que la floración sólo aparece en las ramas del último año.
- Es muy común la aparición de chupones, que deben eliminarse si se desea un crecimiento distintivo de los troncos. Suprima aquellos que se encuentren muy próximos a la base si quiere tener un arbusto de tronco despejado. Puede cortar todos los renuevos de la base.
- Cuando se ubica en zonas de clima más frío, es recomendable aclarar el follaje con una poda, para que penetre bien la luz.
- En ejemplares jóvenes elimine las flores a medida que se marchiten, para que no se transformen en frutos que harán gastar energía a la planta inutilmente.
- Eliminar las flores marchitas puede prolongar aún más la floración.
- Aunque es una planta resistente a plagas y enfermedades, puede verse atacada por pulgones.
- El Oidio es un hongo habitual que suele provocar problemas, por lo que tratamientos periódicos con fungicidas se hacen necesarios.
- Se manifiesta como un polvillo seco de color blanco-ceniza que cubre la superficie de las hojas, botones florales y flores abiertas en primavera y verano.
- Otros hongos que producen manchitas: Cercospora, Phyllosticta. En otoño recoger las hojas y quemarlas. En primavera y verano, tratamientos fungicidas a base de cobre o zineb, maneb, mancozeb.
- Al primer indicio de peste, aplique algún fungicida asperjados en forma uniforme sobre hojas, tallos y ramas, y evite el riego por aspersión que dejaría sin efecto el tratamiento y además favorecería la propagación de la enfermedad.
- Multiplicación por semillas (difícil porque sólo unas pocas son fértiles), esqueje en primavera de ramas semileñosas, acodo; las plantas obtenidas por semillas tardarán 3-5 años en florecer. Las semillas se guardan en frío 2-3 meses antes de sembrar, por ejemplo, en la nevera, para romper la latencia. Las plantas obtenidas por semillas tardarán más en florecer.
- Semillas en primavera o esqueje semileñoso en verano, bajo vidrio o niebla.

Otras opiniones
La Lagerstroemia es un arbusto que se puede formar como un arbolito.

Su posición es a pleno sol; a la sombra florece mucho menos o no florece y resulta más proclive a los ataques de oidio.

Si la pared está excesivamente cerca y le va a rebotar todo el sol a su follaje puede que, en según que condiciones, veas hojas algo anómalas. Pero si es en forma de arbolito y la copa sobresale de la pared, entonces sin problemas.

A menos que la pared sea la de un vecino y la distancia no sea la reglamentaria. El vecino puede quejarse si la copa invade su casa.

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Como crecen mejor es con tierra arenosa. Si la tierra es excesivamente arcillosa no se desarrollará tan bien.

Las raíces son bastante superficiales. No emite raices "poderosas" que estropeen elementos arquitectónicos (paredes o similares). Bebe bastante agua en verano. Si escasea el agua se desarrollará algo menos pero tampoco va a morir.